El tintineo de la cucharilla me despertaba de la fiebre. No cesabas de agitarla en el vaso de zumo de naranja azucarado. Traías el alivio en tus manos con olor a lejía. Los ojos entornados por la calentura, se asomaban tímidos y pesarosos. Me incorporaba, no sin cierta desgana, y la frescura del líquido, me sacaba, por breves instantes, del mal cuerpo. Cuando volvías a los quehaceres, tus manos permanecían en mí. En la frente sudorosa, que acomodabas constantes paños humedecidos en alcohol. No sé por qué llegan estas imágenes. Quizás porque hoy te he visto llorar recordando a papá.
Pedro Luis Ibáñez Lérida. 11-03-08.
3 comentarios:
Bonita mezcla de nostalgia y ternura.Enhorabuena por el cuento.
Inmaculada Delgado Méndez.
Preciosa evocación, que compartirán seguro todos los que hayan tenido infancia y conserven el corazón en el pecho.
Antonio Muñoz Maestre.
Gracias Inma y Antonio por compartir vuestras emociones. Éstas constituyen un soplo de motivación para continuar en el hermosísimo Acto CreActivo.
es necesario que los Poetas y Poetisas nos leamos y contrastemos opiniones. La CreAcción lo requiere. Saber como respiramos no es sólo leer un texto, es identificar al ser humano con su obra, sea ésta cual sea. Quiero conocer la vuestra, en el empeño estamos.
Un beso de vida.
¡¡ sed felices...!!
Pedro Luis Ibáñez Lérida.
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