De Pedro Luís Ibáñez Lérida.
La jacaranda mece la paz nocturna,
Su estampa troquela la prestancia
de este hecho continuo que en tí
renace, pues viene de otro tiempo,
que en el presente también es nuestro.
Repetimos el suceso que otros ya fueron,
y la línea prosigue inalterable hacia
aquellos que serán como fuimos:
un fogonazo delator del próximo momento.
La ardiente palabra arrulla el destino
de un cruce de calles adormecido;
intimamos sobre lo que no es del otro
por que ya, definitivamente , es sólo nuestro.
Te abrace sin estrechar tu pecho,
y mis manos supieron de las tuyas
en los dedos que no se entrelazan
y, sin embargo, no callan el deseo.
Descubrimos que no importa nada,
cuando la dicha te nombra,
-aunque no exista el mañana-
y sientes que es el instante
para estar contigo a solas
y seguir contándonos versos.
Pedro Luis Ibáñez Lérida. 01-03-08
1 comentarios:
¡Qué preciosos son los no-tiempos! y qué alegría que vuelvan a tener sentido, uno renovado y lleno de vida :)
Saray Pavón Márquez.
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