De Pedro Luís Ibáñez Lérida.
Le interrogaron. El inspector no daba crédito a lo que oía. La mirada serena de aquel joven apabullaba. Cuando encontraron el cadáver, infinitud de pétalos de jazmín exornaban la cama. Su padre, gustaba ponerlos en agua antes que el olvido le acompañara.
Le interrogaron. El inspector no daba crédito a lo que oía. La mirada serena de aquel joven apabullaba. Cuando encontraron el cadáver, infinitud de pétalos de jazmín exornaban la cama. Su padre, gustaba ponerlos en agua antes que el olvido le acompañara.
Pedro Luis Ibáñez Lérida. 24-02-08
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