viernes, 19 de septiembre de 2008

Perdóname

De Pedro Luís Ibáñez Lérida.























Perdóname.
Sé por qué lo digo.
Tarde es para reverdecer
la gratitud latente
que me ofreciste.
Aún quiero sentir alivio,
resucitado por la caricia
en la que vivo engañado.
No sabía, y sigo sin saber,
andar tras la encrucijada
de las férvidas emociones,
y el desierto en que te sume,
si el aliento se apaga en soledad
y es la palabra, desgranada, enteca
como la fiebre de un niño dormido.






La ternura.1989
Oswaldo Guayasamín.
Ecuador. 1919-1999

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