miércoles, 8 de octubre de 2008

El barrio, los amigos

Algunos quedaron a medio camino
con sus rostros jóvenes,
risueños, casi inmaculados.
La muerte siempre se hace acompañar
de rostros jóvenes.

Otros hemos proseguido.
Nuestro rostro acumula decepciones,
fracasos, engaños
y árboles secos.
Pero, también es cierto,
un raro hálito de vida
que nos hace sonreír
en horas insospechadas.

Martín Lucía

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