Holly, tan bella como sola, va de fiesta en fiesta.
Con la luna en retirada regresa a su habitación
tan sola como bella, y sueña con el sol.
Persigue hombres ricos que le compren el sol.
Paul, ya en la primera escena,
grita en silencio su amor por Holly.
Los hombres siempre aman mujeres
que secan el cielo de la boca.
Audrey Hepburn siempre me ha parecido una mujer
a punto de quebrase en pedazos tan bellos como mínimos.
George Peppard me ha parecido un hombre recio,
obscuro en sus fisuras.
Dicen que pudo besar a Audrey sin olvidar su texto
y que, beso tras beso, no se enamoró de ella,
ni de su propensión a ser pedazo bello y mínimo.
Yo prefiero pensar que, tras el rodeaje,
fue acercándose cada mañana, recio y sin fisuras, a Tiffany's
en la espera de que Audrey apareciera
llevando liviano su cuerpo y llamas en su boca.
4 comentarios:
Adoro esa película, y una canción que anda por ahí...
Por mucho
que se diga,
que no tengamos nada en común...
...You'll say, we've got nothing in common
No common ground to start from
And we're falling apart...
Oye... ¿de dónde has sacado eso de que : "los hombres siempre aman mujeres que secan el cielo de la boca?"... Maravilloso.
Un abrazo
Gracias, Lola.
Pues, como te dije ayer, lo he sacao del a vida, que como dijo Diego Vasallo, te lleva por caminos raros.
Besos.
Totalmente de acuerdo, si una mujer no te seca el cielo de la boca, no te pellizca el estómago, no te derrite con su mirada, ni te produce un coma diabético con la miel de sus labios, no es amor, es otra cosa.
Me encanta que trates poeticamente temas no usuales como el cine y otros que te he leído.
Saludos.
Gracias, J. Carlos.
Ojalá nos elija mucho tiempo como medio para acceder a la poesía.
Estamos muy complacidos.
Mil gracias de corazón.
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