viernes, 20 de marzo de 2009

Cadáver exquisito XXII

Cae a tu pecho el agua ausente.

Impaciente llevo mi barbilla a tu nuca.

Mis manos te toman por atrás,

retaguardia que besa mis labios

con sonido de luna

que borda la lascivia con tu cabellos

dorados, rizados, rozando obscenos

tu piel y mi piel.

Confusas las sensaciones bajo sábanas

que seducen las sensaciones

y derraman labios húmedos entre las manos

vacías de versos, llenas de Moscatel.

Ven y viértete en mí, lléname entera

de cadáveres exquisitos eróticos

que nacen en el supracortex

de una chiquilla avanzada

y de culillo respingón

que elevó mi moral y mis ojos

hasta el corazón de la mañana

y hasta su propio corazón.

Y el corazón de los demás

está justo donde el no,

porque el no los gobierna a veces,

los deje libres a medias,

los observa con recelo

y nunca los abandona

en sus sueños. Sus soledades

les acompaña

acelerados en cada respiro.

Vamos dejando la vida atrás.

Me pregunto cómo será el dormir

cuando la muerte perpetúe nuestro sueño.

Entonces, la quimérica fantasía se convierte en realidad;

una realidad que rompe

por siempre, los límites del tiempo.



Este Cadáver Exquisito fue elaborado José Antonio Sánchez, Álex Ruiz, Manuel Márquez Rodríguez, Saray Pavón Márquez, Dessiré Morales Niza, Victor García Liétor y Martín Lucía. Además contamos con la gratísima visita (y colaboración en la realización de este cadáver) de los artistas Luigi Maraez, Alime Huma y los Poetas Juan Orozco y Cecilio Escudero, a los que agradecemos sinceramente su calidez y complicidad.

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