domingo, 13 de septiembre de 2009

Cadáver exquisito XXV


Marcas negras en mi mano,
trazos, palabras, anticipos
de versos que anoto para luego...
Los versos son como gaviotas
graznan, planean, naufragan,
los versos son como gaviotas.
Como grandes pájaros inmóviles en el aire,
sobrevolando el delicioso infinito,
controlando el viento con sus frágiles alas,
controlando el aire tras el viento calmo
y controlando todo lo suspendido en nada;
sus frágiles alas generan mundos en translación.

El aire desposeido del temblor de los pájaros,
quebrado por el addusto acento del silencio
brilla como lugar divisado sin ojos.
En la mente de mi corazón, en el sueño,
en el camino sutil del agua y el sentimiento,
-vida mía-
olor, calor, dulzura intacta.
Todo está lejos, ausente.
Siento que he dejado abierto el congelador
y el frío ha comenzado a salir.


Este Cadáver Exquisito fue elaborado por Saray Pavón Marquez, Álex Ruiz, Desirée Morales Niza, Pedro Luis Ibáñez Lérida, Jesús Madroñal, Martín Lucía Además contamos con la gratísima visita -y colaboración en la realización de este cadáver- del Poeta Juan Orozco, al que agradecemos sinceramente su calidez y complicidad.



Aves sobrevolando diversas plantas acuáticas.
Anónimo egipcio.

1 comentarios:

Olivier Franconetti Benamor dijo...

Vale!!!...e para vosotros!...

"Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron- soy de la raza mora, vieja amiga del sol-"