Como en cualquier poema cae la tarde,
cae en el sol la fugaz mirada,
perdida entre el tiempo y el anhelo,
sumida en este sentimiento que reconozco
en tus ojos; ya las manos no buscan
en el mismo cajón, ni cierran la puerta
y, entonces, el vacío nos desnuda
como un lugar extinguido en la lágrima.
Pero nada se deshace. Todo es imperfecto,
nuestra historia no es un documento escrito en Word
y aunque a veces parezca un corta y pega de lo de siempre
al final siempre sabemos escribir el párrafo siguiente
fundiendo lo descrito con lo escrito
la imagen con el principio
la poesía con lo que importa.
21-1-2010
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