Acaba la labor del día en ti.
Allí donde renací sin ser.
Ya no hay cadáveres en mi armario.
Los hallaré en mis recuerdos,
sucios y polvorientos,
ajadas las vestiduras
como las alforjas
de un burro viejo
que recorre las piedras húmedas del pueblo.
Ahora es la luz,
breve el encuentro
que nace sin ira.
Resuenan las campanas
se oyen en todo el pueblo
pero ya nadie acude a la misa.
Se han perdido todas las directrices.
Agotados de emigrar a lugares más calidos.
14-1-2010
Este Cadáver Exquisito fue elaborado con los versos de Jesús Madroñal, Martín Lucía, Pedro Luis Ibañez, Álex Ruíz, Antonio Muñoz, Beltrán Laguna y las ausencias verbales de Saray Pavón, y Manuel Márquez.
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